jidaigekipedia.comEl destello de la muerteKazuo Ikehiro vuelve a rodar una película de Zatoichi, todavía sin haber acabado el año 1964. En esta ocasión el estilo empleado no nos deja tantos detalles novedosos y recursos de efectos como en
Zatoichi and the Chest of Gold, pero se le agradece que las coreografías sigan siendo tan perfeccionistas en medio de esa oscuridad extrañamente bien utilizada.
Sinopsis: Zatoichi es disparado por la espalda mientras pasea tranquilamente lejos de su agresor. Una misteriosa desconocida se ocupa de todo para que sea curado e incluso le da dinero para el viaje. Queriendo agradecer este gesto, el masajista viaja al lugar donde supuestamente vive, y descubre que es la hija de un jefe yakuza local. Los problemas llegarán cuando una vez más se vea inmiscuido en una pugna entre bandas para hacerse con el control del vado que cruza el río.
Durante toda la saga han querido asesinar a Zatoichi por muchas razones: por entrometido, por necesidad, por venganza, por dinero, por encargo... El motivo que añadimos en esta ocasión es simplemente la fama. Seiroku le dispara por la espalda sin esperar a cambio otro beneficio que el de poder jactarse de haber acabado con la vida del temido espadachín.
En
Zatoichi's Flashing Sword nuestro protagonista cambia un poco el discurso con respecto al mal que la yakuza hace al mundo, y en varias ocasiones describe con sentimiento de orgullo cómo debería ser un buen yakuza y qué trato deben dar a las personas corrientes. Esta ligera variación en su mentalidad parece explicarse en la primera escena, cuando dos veces le falla uno de sus principios fundamentales: "piensa mal y acertarás".
En las coreografías cabe destacar el infinito cuidado de Kazuo Ikehiro por que todo sea perfecto. Cuando Zatoichi se encuentra rodeado siempre calcula los movimientos exactos para que todos los atacantes caigan simultáneamente como estatuas grotescas. Además, si bien en muchas ocasiones he afirmado odiar la oscuridad en las escenas de acción, este director es cosa aparte jugando con la iluminación. A través de diferentes detalles en el desarrollo de la lucha consigue hacer divertida y espectacular la escena en sí, independientemente de que no podamos ver los golpes. Además se trata de una negrura artificial, por lo que sin demasiada dificultad dirige nuestra atención hacia donde él quiere variando la posición de los focos.
Siguiendo con las coreografías y el estilo de lucha de Zatoichi, podemos analizar el doble sentido de una de sus frases más destacadas de la película: "yo nunca desenvaino primero". Por una parte significa que no empieza una pelea si no le provocan, y por otra que al ser ciego necesita que su adversario haga el primer movimiento para calcular la posición. Una vez en situación, "el arte del rápido" le permite alcanzar antes de ser alcanzado, lo cual explota al máximo con su corto y maniobrable bastón-espada que le da ventaja en el cuerpo a cuerpo. El "reverse sword drawing" (desenvainado inverso) pone la puntilla dándole más fuerza y velocidad.
Una más de Zatoichi, y siendo la saga que es, eso no significa otra cosa que diversión asegurada. La confirmación de Kazuo Ikehiro como una garantía en la dirección del personaje.