Vista.
Me llamó la atención el disimulado acento rioplatense, por no decir argentino, de uno de los personajes (una mujer que sale en un momento y habla un poco con la niña, aunque habla de tú, esa ese aspirada era muy delatora
)
En fin, Satoshi Kon vuelve a jugar con esa idea de capas de realidad y el choque que se produce cuando esas dimensiones o mundos se cruzan, se rozan, colisionan, según el matiz que se le quiera dar.
La historia en sí, respira algo de ese cine clásico y eso le da un aire reconocible.
No es su película más inspirada, la verdad, pero no está mal.