A los que no hayan visto “Tokio sora” de Hiroshi Ishikawa, les puede parecer incluso una buena película, pero a quienes la hayan visto les parecerá una mala imitación, mucho más vulgar, pretenciosa, y machista.
Puestos a ser positivos se podría decir que es la versión oscura de “Tokyo sora”, pero no cuela, porque “Tokio sora” ya era oscura, de una tristeza más profunda, que cala más hondo, porque se te va metiendo poco a poco sin que te des cuenta.
Buena señal para Ishikawa, le empiezan a aparecer imitadores, primer paso obligatorio para ser considerado autor, el segundo el autoplagio, tiempo al tiempo, de momento el cartel de su nuevo corto es clavado al de “Su-ki-da”, buen augurio.