Satoko (Ikewaki Chizuru) just got dumped by her boyfriend, and works a thankless reception job at a call girl service. Her only consolation in life: drinking beer and mumbling prayers to a small stone which she has christened a god. Satoko's death-obsessed call-girl friend Akiyo (Nakamura) sleeps in a coffin and is diligently saving up money for a fifth-floor condo - so she can efficiently jump out and kill herself when the moment calls for it. Her only consolation: drinking with her friend Kikuchi (Ando Masanobu) whom she secretly loves. Reclusive illustrator Toko(Iwase Toko) is thrown into a bitter binge-eating slump by the news of her ex-boyfriend's imminent marriage, and by her current assignment to draw God. Toko's roommate Chihiro(Nakagoshi Noriko) is an outwardly cheerful office worker who loves shopping, makeup, and her egotistical boyfriend (Kase Ryo), but the unrewarding relationship leaves her no less lonely than Toko. Anonymous faces in a big city, these four women struggle to find happiness on their own terms.

El manga sigue siendo una de las fuentes de inspiración primorciales del cine japonés, y Strawberry Shortcakes es uno de sus ejemplos más recientes. Basada en el manga para chicas del mismo nombre de la dibujante Kiriko Nananan, la película sigue las idas y venidas de cuatro amigas en Tokio mientras buscan el amor y tratan de hacer frente a las responsabilidades de sus vidas. Las protagonistas, impecablemente interpretadas por cuatro actrices poderosas, son mujeres modernas y autosuficientes cuyas historias son narradas con un poso de ironía y un cierto toque de melancolía. El resultado es una película en ocasiones ligera, un poco triste en otras, loca y a veces seria, pero siempre especial, que indaga en la psicología de sus personajes y ofrece un fiel retrato del Japón urbano, gracias al buen hacer de su director. Muchos cineastas excesivamente ambiciosos intentan contar de forma medianamente comprensible una sola historia, Yazaki teje con destreza un impactante retrato no de una, sino de cuatro mujeres, creando un todo indisoluble y conmovedor que no cae en el sentimentalismo.