jidaigekipedia.comAprendizajeTras emprender su camino como samurai y renunciar al amor de Otsu, Musashi recorre el país en busca de contrincantes para poner a prueba sus habilidades. A pesar de haber dado un paso de gigante en cuanto a madurez, su actitud continúa siendo demasiado impetuosa y no encuentra problemas a la hora de matar. La escuela Yoshioka es el obstáculo más grande que se presenta ante él, y su enfrentamiento con el instructor se complica cada vez más ante los ininterrumpidos ataques de sus discípulos.
Hiroshi Inagaki dirige la segunda parte de la saga
Samurai al año siguiente de la primera. Nos brinda ahora un completo dossier de personajes mucho mas numeroso que en su predecesora, limitando el tiempo en escena del protagonista para no descuidar al resto del plantel. Destacan Kihiko Hirata (como Seijuro Yoshioka), Kaoru Yachigusa (como Otsu), Mariko Okada (como Akemi), y Koji Tsuruta (como Kojiro Sasaki). Esta última aparición es cuanto menos extraña, ya que Sasaki se introduce de lleno en la historia y actúa como mediador cada vez que hay conflicto, sean quienes sean los implicados. Supongo que Inagaki quiso presentarle lo antes posible para no precipitar su aparición en la última entrega de la trilogía.
Además de hacer frente a los constantes enfrentamientos con los estudiantes de la escuela Yoshioka, Musashi encontrará su mayor problema en la abstinencia. El camino que ha elegido le impide beber o desear a una mujer, dos cosas imprescindibles para ronin y samuráis. Sin embargo, lejos de admirar sus esfuerzos y su trabajo, algunos hombres con los que se encuentra le recriminan faltas en su actitud.
Las coreografías están bastante bien trabajadas, sin dejar de lado el realismo y con pocas o ninguna "fantasmada". Hay un equilibrio más o menos estable entre los duelos individuales y los combates de grupo, y llaman la atención sobretodo la técnica del luchador representante de Iga y la
ninten'ichi de Musashi (con dos espadas).
Nuevamente escenarios y fotografía están al nivel de lo esperado y sólo puedo criticar la excesiva oscuridad, que como tantas otras veces nos hace perdernos muchos detalles tanto de combate como de situación. La música es practicamente igual que en la primera parte, pero se introducen algunas variantes que evitan caer en el abuso que se hacía de ella.
Como conclusión decir que, a pesar de que la calidad sigue siendo alta, me ha parecido la más floja de las tres. Sucede a menudo en las trilogías que la película central es la que sale peor parada, aunque en este caso estoy seguro de que será cuestión de gustos.