Terrible película (terriblemente buena, quiero decir). ¡Qué manera más genial la de Ozu de denunciar asuntos tan turbios y lamentables como las situaciones económicas críticas que conducen a la prostitución o la violencia de género! Como suele ser habitual en Ozu, resultan más terribles al verlos retratados con esa naturalidad y cotidianeidad tan sangrantes.
Un saludo