Magistral. Más allá de lo formal que se encuentra entre lo mejorcito del director, me ha sorprendido lo perfectamente narrada que está. Es de las más largas de Mizoguchi y sin embargo no se me ha hecho tan pesada como por ejemplo
Los Músicos de Gion que duraba apenas 80 minutos.
Mediante un inmenso flashback asistimos a la dificil vida de Oharu, con una Kinuyo Tanaka que lo borda, sin contar la pequeña aparición de Mifune que está casi irreconocible. Poco a poco con sutiles saltos temporales vamos viendo perfectamente la evolución de Oharu y las personas de su entorno, que cuando no la están puteando sufren la misma mala suerte que ella, sin contar las desgracias de las pocas personas que la amaban de verdad.
Me ha llamado mucho la atención la utilización de la música en el tramo de cuando Oharu intenta acercarse a su hijo, la he visto muy moderna para la época, creando una gran tensión sonando sin parar durante toda la secuencia.
En fin, de lo mejor de Mizoguchi y muy dura aunque no lo parezca tanto por la sutileza que le imprime el director. Pero ninguna me dejará tan tocado como la maravillosa
Historia del Último Crisantemo .
9/10