Pues sí, una de las grandes de Imamura, que toca además uno de los aspectos menos conocidos del final del periodo Edo que fue el de los movimientos populares anti-samurais, que muchas veces se mostraron en forma de divertidas manifestaciones folklóricas: muchos de los festivales de verano que hoy pueden disfrutarse en Japón tuvieron su origen en aquellos años convulsos de mediados del siglo XIX.
Sí, quizás sea cierto lo que apunta Luzu: la peli no es un ejemplo de chambara, aunque sí es un jidaigeki en toda regla.
Saludos