Bueno, pues otra maravillosa película del maestro Imamura. Quizás no llegué al nivel de Intentions of Murder, que rodaría al año siguiente, pero es una película magistral. Destacar la fotografía y buen hacer narrativo del director, que es capaz de tenerte atrapado los 120 minutos que dura la película, pero sobre todo los personajes, que resultan tremendamente creíbles. Imamura no se deja llevar por sentimentalismos y nos presenta seres dominados por sus pasiones, en especial por el sexo, egoístas y en ocasiones crueles, capaces de lo mejor y de lo peor, pero que al fin y al cabo luchan por sobrevivir en un mundo que en muchas ocasiones les es tremendamente hostil. A Imamura no le tiembla el pulso a la hora presentar al ser humano tal y como es, con sus grandezas y miserias, y lo hace con una sinceridad y una fuerza encomiable, sin concesiones morales. Una joyita.