Aquí tenéis el último trabajo de Ho Yuhang, uno de los principales exponentes de la que tal vez debería llamarse ya la “nueva ola malaya”, movimiento de inspiración colectiva compuesto por un grupo de jóvenes cineastas, la mayor parte forjados en el cortometraje, que trabajan de forma independiente, en digital y con un espíritu de comunidad encomiable (entre ellos se producen, montan o se encargan de la fotografía). Las cabezas visibles son entre otros Amir Muhammad, James Lee, Yasmin Ahmad o Tan Chui-mui. Ho ya presentó su anterior película, Sanctuary, en Sitges en el 2005. En esta ocasión ha contado con el apoyo en la producción de la Focus Films, la compañía de Andy Lau, y con el patrocinio del Hubert Bals Fund. Rain Dogs es ante todo un film extraño. Si bien su argumento, aunque relativamente abierto, es simple y fácilmente identificable (los procesos de madurez de un joven huérfano de padre, su relación con la familia, con especial relevancia del papel materno, y el sentimiento de comunidad), es en la forma donde se acentúa su singularidad. Dividida en dos partes que actúan como contrapuntos anímicos, en una casi imperceptible relación de causa-efecto, la sensación que tiene uno al ver la película es de que faltan partes, como piezas de un puzle que se han perdido, o más bien debería hablar de porciones de esas mismas piezas, pues en ocasiones reduce el significado propio de cada secuencia, pero que no son necesarias para la comprensión completo del film. Además, lejos de cualquier pretensión, Ho no remarca nada. Ninguna secuencia parece tener más peso que otra. Sin embargo, los actos más banales revelan profundas emociones. Lejos de ser una obra redonda, creo que demuestra ya un estilo casi propio (la herencia de Tsai Ming-liang y Hou Hsiao-hsien tiene su peso) que espero termine de pulir en un futuro próximo. No diré más, a vosotros os toca descubrirla...