Bueno, veo que no está teniendo un gran exito.
Si a alguien no le ha quedado claro (he hablado de ella varias veces en el hilo de presentación) a mi me parece una grandísima película. Tanto que la califico con un diez. Quizá me paso, pero quien sabe, igual hasta me quedo corto.
Oí hablar por primera vez de ella en el blog de asia-team cuando buscaba ampliar la información que tenía sobre "Memories of Murder" con objeto de decidir si la veía o no la veía. (Qué empeño ponemos, a veces, en según que chorradas). Me llamó la atención por varias razones. Por el entusiasmo con que la describian y porque me parecía increible que en corea se hiciesen ese tipo de películas. Fue como descubrir que la puerta del final del pasillo no es un armario sino la entrada al jardín. (Versión poética de la ignorancia). Después de eso la puse en una lista, por si algún día me animaba.
Y entonces pasó al olvido. Tanto que un día, al verla en la lista, la borré pensando en lo mucho que me debía aburrir algunas veces.
Entonces llegó Oldboy y lo cambió todo. Mi visión del cine asiatico (con sus espadas, sus dagas voladoras y sus vuelos sin motor) se fue a paseo y partí de un folio en blanco.
Recientemente, sin yo haberle dicho nada, un amigo me llama y me dice que acaba de ver (en Londres) en el cine una película genial. Se llama "The host" y va de un monstruo. Que si puedo que no me la pierda. Tengo que decir que este amigo me ha recomendado muchas películas, grandes desconocidas para mi y que han resultado ser magníficas, entre ellas Oldboy.
Descubrir la versión Jupit fue lo mejor del mes (cinematográficamente hablando).
"The Host", una vez vista, fue, oficialmente, lo mejor del año.
Por muchas razones:
- Por su forma de ser rodada. Desde la secuencia incial del polvo en las botellas, la serenidad de la cámara y las pocas palabras que necesita para contar el inicio (al margen de la crítica política que me importó bien poco).
- El suicida del puente, los pescadores.... no hay mejor carta de presentación. Y no hemos visto otra cosa que agua. Aquí es donde realmente nos damos cuenta del poder de la imagen y lo olvidada que tienen esa lección los americanos.
- Y luego llega el monstruo. ¿Soy yo el único que, como los personajes, tuvo que fruncir el ceño, achinar los ojos y forzar la vista para intentar ver que coño era eso que hay al fondo y que se les venía encima? Después viene la primera genialidad: usamos al protagonista para ver al bicho. Sin duda la mejor escena de la película y una muestra de lo que se avecinaba: la historia de una familia azotada por las circunstancias y no, como harían los americanos (y como seguramente harán, y si no, al tiempo, con el remake) la historia de un bicho y la repercusión de sus actos. Coches rotos, edificios fracturados... ¿hemos visto algo de eso aquí? ¿Hace falta? Yo creo que no.
Tiene muchas otras grandes escenas:
- Nunca me había reido tanto en un funeral como lo hice en este. Y nunca me había sentido tan culpable por ello.
- La "embestida" (quienes la han visto sabrán a qué me refiero) en la orilla del rio: la rapidez con que ocurre y lo absurdo que resulta es como un patada en el estómago.
- Convertir, por arte de birli-birloque, a uno de los protas en maestro del escapismo es la mejor parodia del heroe americano y las ridículas justificaciones que lo envuelven que he visto en mucho tiempo.
- La alcantarilla es otra demostración de que el miedo estará siempre en espacios cerrados (lo vimos en Saw, en Cube...) aunque esa niña... ese zulo... son el multiplicador perfecto.
Se habló mucho, en su momento, (o así lo recuerdo yo) del valor de la interpretación de Tom Hanks en "Naufrago": su histrionismo inicial en contraste con su sereno final. Creo sinceramente que nuestro protagonista se come la interpretación de Hanks con patatas.
En definitiva, y para resumir, "The Host" es grande, a mi parecer (claro), por hacer del cine de monstruos un cine dramático, una comedia, una película de miedo. Por deformarse, multiplicarse y hacer que todo lo que toqua sea una pequeña gozada para los sentidos. (Para los mios al menos).
¡Y esa cámara! ¡Dos horas flotando!