¡Qué estupenda película! Y ¡qué gran director! De vez en cuando, es necesario ver películas de este tipo, densas, sumergidas, pausadas, llenas de escondidos pensamientos, postizos asentimientos, rebeliones silenciosas. Una puesta en escena milimetrada y perfecta, y unas interpretaciones sobrias y profundas. Mención aparte para el trabajo de Tsutomu Yamazaki, una actuación grandiosa.
En fin, recomendable sin ninguna duda.