jidaigekipedia.comDe un padre y sus hijosAdaptación de la obra de Shakespeare
King Lear realizada por Akira Kurosawa en 1985, convirtiéndose en una de sus obras más reconocidas a nivel internacional. Al igual que sucedía con
Throne of Blood, el director parte de situaciones idénticas a las de la novela, pero se toma algunas licencias en cuanto al desarrollo que me han parecido de exquisita factura.
Sinopsis: el Gran Señor Hidetora (Tatsuya Nakadai) decide repartir sus dominios entre sus tres hijos, dividiendo los castillos conquistados y erigiendo al mayor como nuevo líder de la familia. Para sí mismo sólo se reserva su título y un puñado de sirvientes. El hijo pequeño repudia la idea llamándolo viejo senil, y por este motivo es desterrado junto con el leal siervo que lo defiende.
Al comienzo tenemos una lentitud aplastante, escenas larguísimas en las que no pasa nada y parecen atascarse, que sin embargo crean ese ambiente tan típico de Kurosawa que te hace pensar que llevas el día entero metido en la historia. Algunas tomas llegan a parecer fotografías, donde nadie se mueve durante varios segundos y sólo el viento te recuerda que hay movimiento.
La temática y las ideas que se funden en
Ran son extermadamente variadas, siendo quizás la mas importante de ellas el amor filial; el destierro de Saburo, único hijo que no adula a su padre en la entrega de poderes, resulta en la maldición de un hombre que gradualmente se deshace de todos aquellos que le quieren de verdad. La envidia; entre los hijos mayores por la parte de la herencia que recibe cada uno. La hipocresía; de casi todos los vasallos aduladores que tan sólo ansían en poder. La venganza; de los conquistados sobre quien les arrebató lo que más querían. El destino; de personajes que actúan como marionetas hacia un desenlace trágico e inevitable.
Comparando
Ran con la novela del Rey Lear, vemos esas pequeñas y no tan pequeñas libertades que se toma Akira Kurosawa. En la obra de Shakespeare eran tres hermanas y no hermanos los que se reparten los poderes, quitando la figura del Duque de Cornualles y sustituyéndola por Lady Kaede. Este cambio crea una inevitable relación entre ella y Lady Washizou (de
Throne of Blood), dos mujeres diabólicas que llevan a la destrucción de enormes señoríos, una por ambición y la otra por venganza.
A pesar del parecido con
Throne of Blood, el estilo del director es mucho más cercano al de
Kagemusha, seguramente por la época en que se rodaron. En ambas la acción tiene lugar en enormes llanuras y verdes campiñas al aire libre. El vestuario también es similar, aunque en
Ran hay un juego de colores y contrastes que no pasa desapercibido. Por ejemplo, los amarillos soldados de Tora y los rojos de Jiro se combinan en un asalto para imitar el fuego que poco a poco consume la torre frente a la que se apostan. También son elemento importante de los decorados los propios muertos, maquillados, ensangrentados y posicionados de una forma digna de un cuadro.
El terreno de actuaciones está repleto de buenos papeles y de muchos personajes con gran desarrollo. Mis mayores elogios son para Tatsuya Nakadai, que a sus 53 años hizo la que probablemente sea su mejor película. En el cuerpo de Hidetora tiene que representar el orgullo de un padre, la ira cuando su orgullo se ve quebrantado, la locura de sentirse solo en el mundo que él ha creado, y finalmente el arrepentimiento. Un personaje realmente traumático cuya decadencia le lleva hasta el nivel mas bajo.
Otras menciones destacadas son para Mieko Harada (como Lady Kaede), Jinpachi Nezu (como Jiro), Masayuki Yui (como Tango), y por supuesto Peter (como Kyoami, el bufón), que acaba convertido en la conciencia de su señor.
Única y excelentísima obra de Kurosawa que adapta una de las más grandes tragedias nunca escritas. Ante esta película todo espectador debería descubrirse con independencia de cuales sean sus gustos particulares. A nivel personal, y aunque suene un poco raro, soy consciente de que
Ran es bastante mejor que
Throne of Blood, pero mi favorita sigue siendo esta última.