Retomé a Oshima tras los últimos e infumables batacazos que me había llevado y voy me encuentro seguramente con su película más redonda, fascinante y coherente, con permiso de Mr. Lawrence. Una obra maestra absoluta. Oshima lleva al extremo esta historia sobre un coreano nacido en Japón que es condenado a la horca por haber violado a dos jóvenes. Todo esto parecería normal si no fuera porque tras ahorcarle, el protagonista sobrevive, dándose comienzo a un montón de dilemas morales a través de una ácida crítica y una grotesca comedia, en la que hasta el espectador forma parte, no digo más
. La película se desarrolla en su mayor parte en un mismo escenario, pero dando de si al máximo mezclándose magistralmente el cine, el teatro, la literatura, la fotografía, la realidad, el sueño, la ficción e incluso la fantasía. Casi nada
. Lo dicho, os la recomiendo que es una maravilla
.