Divertidísima, toda una parodia de las pelis de ciencia-ficción y con un fino sentido de la ironía cuando nos retrata el involucionismo en que se vive en las zonas rurales de Japón, con aires acondicionados que no se renuevan en 30 años, y calles que no cambian su aspecto en 3 décadas... Es lo que más me ha gustado de la peli; como es habitual, Motohiro tira a dar...
Saludos