A pesar de ser la mas floja de las cuatro, me e reído mucho. Tora es un gran personaje sin duda. Los primeros 40 minutos se me han pasado volando. Creo que a todo el que le gusta esta saga le pasa lo mismo que a mi, o al menos yo lo pienso siempre que termino de ver una de sus pelis; todos los secundarios son personajes súper simplones, calcados película tras película, no cambian, ni si quiera Tora cambia, son más planos que un folio. Sin embargo, el carisma, su simpatía, naturalidad, o como queráis llamarlo siempre acaba imponiéndose. Incluso las situaciones son burdas parodias esquematizadas y trilladas. Pero consiguen ser efectivas una y otra vez. Y es por eso que creo que Tora san tiene una magia especial. Cuando estuve en el barrio de Shibamata, nada más bajar de la estación y ver la pedazo de estatua en honor al actor Kiyoshi Atsumi y en especial al personaje de Tora, se me pusieron los pelos de punta. Y al recorrer el barrio y entrar en el museo ni os cuento que sensaciones. Es imposible después de eso, no ver una película de la saga sin poner ojos de gacela a punto de ser degollada. Tora-San es magia, y en occidente muy pocos van a conseguir verlo por desgracia de esa manera.
El punto negativo para ésta entrega y es lo que le hace perder puntos, es su segunda mitad. Parece que es obligatorio meter una historia secundaria que tenga un punto de romance. Y como no, debe acabar como todos sabemos que debe acabar. Por lo que la he visto muy forzada y calcada a las anteriores entregas. Incluso menos efectista diría. Si es verdad que tiene momentos memorables como la llegada feliz de Tora a casa de sus tíos y todo el barrio esperando que no se entere de que la chica tiene visita.
Por desgracia poco mas después de la divertida primera mitad de película. De todas formas se deja ver y la recomiendo mucho.
Un ver y con ganas de visionar pronto la quinta entrega