La captura que definiría perfectamente a la película es la siguiente:
¡Joder que soy Nakadai, yo creo que podré con las dos!
(captura)
Pues sí. Yo traigo también una captura, no define la peli pero me hace ilu ponerla, mira. Se abre una puerta y ¡hola! sale esta señora:
Que lo sepa
dvidn33: esta peli se estrenó dos-tres meses despues de
Kiku & Isamu, conque tenemos a la Sra. Kitabayashi en pleno proceso de rejuvenecimiento y perdiendo arrugas en vez de ganarlas. ¡Y el proceso no se detendría ahí!
Hace de secundaria, como siempre, pero su papel es de mucho, mucho peso en esta peli.
Y ahora sobre la película. Decididamente –y esto quizá sea de interés para
pazguaton– me parece irreprochable todo el cine de Kon Ichikawa de los años cincuenta y sesenta. Parece que es después cuando empezó a desvariar con esos altibajos tan sorprendentes que a algunos tanto nos sorprenden
Jamsa comparaba esta peli aquí arriba a La mujer crucificada de Mizoguchi, 1954. No habría caído. En cierto sentido (el estructural, digamos: triángulo médico/madre/hija) está bien visto, pero el clima, el ambiente, no tiene nada que ver, diría yo. A mí a lo que me ha recordado es a cierto cine (que yo describiría como) bastante atormentado de los sesenta, con gusto por lo sórdido y por las pequeñas y grandes perversiones, tipo varias que vi de Yoshishige Yoshida, algunas del Kaneto Shindo de la segunda mitad de los sesenta en adelante, y gente de la nuberu bagu, como también se dijo por aquí arriba (maurazos). Por ejemplo, la buena Machiko Kyo aquí se ve tan desangelada (comparada con otras pelis) como gélida se ve a Mariko Okada en manos de su marido, en contraste con la vitalidad que desprende en películas de otros directores. Pero aquí, en esta de 1959, todo resulta más fresco que en esas pelis que vinieron después. No hay como ser pionero
Supongo que todo ese cine derivó de cierto tipo de novela. En este caso se trata de un tal Junichiro Tanizaki. Yo, como no entiendo, ni pincho ni corto; lo dejo caer para que el que sepa lo diga.
Mmm, lo que acabo de escribir es desde mi perspectiva subjetiva personal e intransferible y supongo que merecedor (por un par o tres cosillas) de un par de galletitas por parte de algunos cinéfilos. Pero me apetecía decirlo
Sancta simplicitas (la mía)
Un detallito más es que, como estoy viendo pelis en orden cronológico, voy viendo cómo fueron surgiendo ciertos actores. Cuando Nakadai hizo ésta, andaba ya con Kobayashi haciendo condiciones humanas, pero aún le faltaba un rato para consagrarse, me parece. Aquí hace un papel de tipo flemático de mirada irónica, un semidisimulado cínico total, de forma parecida a lo que hizo en
Enjo (también de Ichikawa, 1958) y en
Kuroi Kawa de Kobayashi (1957: en este caso, un macarra pero con esas mismas características). En
Arakure de Naruse (principios de 1957) tiene un papel ridículamente menor (se acaba yendo, eso sí, con la prota –la Takamine 1–, pero como asociado en el bisnes, nada más). Es bonito comprobar esto. Es como verlos crecer. Cuando se hizo esta de Kagi, el gran Nakadai todavía estaba por llegar...