Bueno, es la primera que veo de Yukisada y lo que tengo claro es que no va a ser la última. He conectado con el estilo de este director, con esa forma tan dura, tan rítmica y con una historia tan bien estructurada. Y cómo te engancha desde el principio mediante el juego de contradicciones, al desplegarse todo ese mosaico de violencia de las secuencias iniciales mientras el protagonista te dice que, aunque parezca mentira, lo que vas a ver es una historia de amor. Eso ya te pone bien firme en la butaca, a la espera de lo que venga.
Un buen retrato social sobre las comunidades coreanas en Japón y sus problemas de integración. Y como bien se comenta de este director, hay un mensaje final de esperanza tras un pasaje de cruda desolación. Se ve la luz al final del túnel.
¡Gracias por la ficha, Suzume!
Saludos