Ciertamente es simpática. Nada del otro mundo pero se ve con agrado. Y ya si uno es un viejales aficionado al chanbara, pues te llevas una gran alegría viendo a chavales que aún disfrutan con Zatoichi
Se me olvidaba... para lo que hay, unas simpáticas escenas finales dentro de lo que cabe. No es Kurosawa, pero no tenemos más