Si antes escribía que Hong Sang-soo ya no da una, Koreeda sigue infalible. Tiene obras maestras y obras imprescindibles, pero de ahí no sale. Su habilidad para filmar es increíble. Veía la película y en más de dos horas no hay ni una sola escena en la que no te diga algo que haga avanzar las historia o la imagen que nos hacemos de los personajes. Ni una. Todo en él respira, tiene vida. Luego nos gustará más una historia u otra, pero su capacidad como director es inaudita. Es maravilloso ver como cuenta la misma historia tres veces y es capaz de repetir nada, sino que cada una aporta lo que le falta a las otras, hasta convertirse en una sola cosa que le da sentido a toda la película. No recalca nada y confía en la inteligencia del espectador (está bien, porque ya sabemos que ahora mismo, la inmensa mayoría consideran al espectador idiota). Tal vez su cine ya no sea de este tiempo, que pide otras dinámicas y otras velocidades. O sí, porque sigue recogiendo reconocimientos (aquí, mejor guión en Cannes).