En efecto, a Turquía se le puede considerar un país de Oriente Medio, e incluso un país islámico, aunque el Estado y buena parte de sus ciudadanos sean laicos, pero jamás de los jamases se le puede considerar un país árabe, porque ni hablan ni han hablado la lengua árabe. En Turquía se habla el turco, que no tiene nada que ver con el árabe salvo algún que otro préstamo léxico, o sea, algo parecido a lo que le pasa a las lenguas castellana y catalana. ¿Somos ya por eso países árabes?
Gran película que me bajo. ¡Gracias, Jorgito!