jidaigekipedia.comRetrato de una épocaMenuda maravilla deja para la posteridad Keisuke Kinoshita, representando mejor que nadie lo que fue y supuso el periodo Sengoku. Lo hace a través de cinco generaciones de una familia de campesinos que vive a orillas del río Fuefuki. Veremos cómo dependían del señor daimyo, y la poderosa atracción que sentían hacia sus guerras.
The River Fuefuki comienza a principios de la era Daiei (1521) y se extiende hasta mediados de la era Tensho (1582). Es una interesante coincidencia que el director decidiera narrar su historia desarrollando exactamente cinco generaciones, ya que muchas veces se resume el periodo Sengoku utilizando como muestra a la familia Hojo y sus cinco generaciones de poder y dominio.
Unos años después del final de la película, Hideyoshi Toyotomi se encargó de que los campesinos no volvieran a formar parte de los ejércitos, registrando pueblo tras pueblo para retirarles todas las armas. Así se establecieron los principios que caracterizarían el periodo Edo. Sin embargo, antes de eso todo era posible. Igual que cualquier samurái con ambición reunía un puñado de soldados y se erigía daimyo, los campesinos que demostraran valor en el combate podían ascender socialmente. El propio Soun Hojo llegó a convertirse en uno de los hombres más poderosos de Japón tras haber empezado su carrera desde lo más bajo y con seis hombres a su servicio.
También es representativa la interminable sucesión de batallas a las que asistimos, y más teniendo en cuenta que son una ínfima parte de las que tenían lugar en aquellos días. Hay que recordar que la familia protagonista está ligada al clan Takeda, y por lo tanto sólo aparecen las que tienen relación con ellos, ¡y no todas!, porque de las cinco de Kawanakajima sólo vemos la cuarta.
Los medios que despliega Kinoshita para el rodaje son espectaculares, con poco o nada que envidiar a las grandes producciones de Kurosawa. Tenemos cientos de extras engalanados con sus armaduras, cargando a caballo, y luchando cuerpo a cuerpo. Además, aunque no lo vemos, al menos esta vez sí que se menciona lo importante que era para los soldados cortar las cabezas de sus enemigos, hasta el punto de que durante los ataques relámpago, a los generales les costaba evitarlo para acelerar la ofensiva.
Y bueno, casi se me olvida, pero en esta película en blanco y negro se colorean los fotogramas de una forma experimental y abstracta. La selección de los tonos parece casi aleatoria, y las únicas coincidencias que he visto son el rojo ligado al fuego, y el azul morado a la muerte.
Para terminar, quiero hacer alusión a dos guiños históricos que el director introduce en el metraje. Uno es el encuentro singular de Kenshin Uesugi y Shingen Takeda, idéntico a como lo describen en los dibujos y crónicas. El otro es la triple fila de mosqueteros que pone Oda en la batalla de Nagashino; la primera y única vez que se hizo.
En definitiva,
The River Fuefuki es un trabajo maravilloso que ofrece una visión única e inigualable de la época más interesante de la historia de Japón.