¡Hola, comunidad!
(...) Si acaso ayude en breve, en un tiempo voy a dedicar a reseñar cada una de sus pelícuasl con el fin de ponerla en el candelero, si es que ella lo necesitara. (...)
¡anikiba245, te estoy atrás! (expresión que quien haya leído
A Man in Full, de Tom Wolfe, entenderá en toda su gloria)
Aprecio mucho a esta directora, y en la medida de mis posibilidades, pienso secundar ese repaso.
Yo empecé en el cine de Ann Hui precisamente por ésta, y fue un descubrimiento impactante. Es una película desoladora, perturbadora, muy bien narrada y muy bien construida en sus diferentes planos narrativos. Básicamente, un fotoperiodista japonés documentando el Vietnam tras la guerra y, a la vez, una reflexión sobre el fotoperiodismo, la documentación de la muerte y la omisión o no de auxilio.
Está rodada en China (fue la primera película hongkonesa que se rodó en suelo chino) y se consideró propaganda antivietnamita, pero no hace falta que el espectador adopte una postura al respecto, porque el retrato de la purga que Ho Chi Minh hizo en la sociedad vietnamita tras la caída de Saigón es como el retrato de las checas comunistas en otros países. Deportaciones, trabajos forzados, torturas y ejecuciones. La acción transcurre en Da Nang, ciudad real, la mayor ciudad portuaria del centro y sur de Vietnam en la costa del mar de China, y cuenta la lucha de los disidentes (es un eufemismo, no hacía falta disentir en nada para verse deportado a las Nuevas Zonas Económicas, el mayor eufemismo de todos) por huir, por abordar una barcaza y marcharse. Eso sí, lo aviso: después de verla, te ríes de la calificación CAT III para el resto de cine. Es despiadada en el retrato de la locura que se desató.
Y el personaje del fotoperiodista japonés, su epopeya emocional, es igualmente brillante. Uno piensa si acaso no hay inicialmente un sentimiento de culpa en él, pues no olvidemos que hubo barcos y aviones que bombardeaban Vietnam que salieron de bases americanas en suelo japonés.
Es verdad que es una historia parcial; esto es, que omite los antecedentes (por eso vale la pena buscarlos un poco antes de verla si acaso es necesario) y entra de lleno en la locura de la purga comunista. Tampoco reflexiona sobre el movimiento anticolonialista (y la xenofobia que causó, que se aprecia en cada fotograma). No, con hechuras de documental, Ann Hui es la cámara detrás de la cámara del reportero.
Por supuesto, hay más: distintas generaciones de vietnamitas que vivieron la guerra de forma diferente, las vidas arruinadas, los futuros hipotecados...
A mí no me dejó ninguna duda, Janusz, esta película no existiría si no fuera tan descarnadamente explícita, y es un filme imprescindible de una directora cuyo tono melodramático o más romántico no me convence (ya lo comentaré en el filme que corresponda), pero cuyo cine más sociopolítico es una delicia. De hecho, Ann Hui hizo unas capítulos (¿cuatro?) de la serie
Below the Lion Rock que siempre tengo pendientes de traducir.