1977 fue el año en el que empezó a extenderse la fiebre
Star Wars después de su estreno en cines. Desde entonces comenzaron a surgir clones por todas partes del mundo. En el caso de
Fukasaku solamente tardó un año en rendirle tributo, y lo digo porque de ésta obra de
Fukasaku emanan numerosas referencias a la popular saga. Anteriormente
Kinji ya había hecho algunos pinitos en el género fantástico, como con la película
The Green Slime (1968), aunque a mi parecer dió un gran paso con esta nueva entrega fantástica.
Dichas referencias a la famosa saga son tanto visuales, de puesta en escena como en el parecido de ciertos personajes. Evidentemente no está a la altura de los maravillosos efectos especiales de Star Wars pero es un buen acercamiento al género fantástico de aquella época.