Mmm, cuando puse arriba el mensaje con la traducción de Richie y Anderson, ya había visto la peli, y en parte si puse esa traducción era para comentarla junto con el film, pero luego me dio pereza (
spoiler:)
, y de hecho todavía me la da un poco. No sé muy bien por qué, pero no es porque la peli esté mal, porque no lo está, está bien. Pelín larga sí; seis horas para esta historia son un poco excesivas y no se justifican como las diez de La condición humana de Kobayashi (1959 y ss.), su directa heredera en lo que a metraje descomunal se refiere. Pero yo como me la vi por entregas arbitrarias, más o menos partiendo en dos cada una de las tres películas, no noté que fuese particularmente plomiza. Aunque a veces quisieras estar ahí y gritarle a la Machiko que haga el favor de darle un sopapo a éste o aquél (o aquélla: y a la suegra me refiero).A ver; a los señores Richie y Anderson habría que decirles que hagan el favor de ver la película antes de sentenciar cosas como que «
como A Japanese Tragedy, [Kimi no na wa I-III] rendía homenaje a las virtudes tradicionales japonesas y sacaba partido de ellas, pero, a diferencia de la película de Kinoshita, era una afirmación acrítica de lo semifeudal». Yo ni veo el punto de comparación –las dos películas tratan temas completamente distintos– ni una «afirmación de lo semifeudal» por ninguna parte (si acaso habría una cierta denuncia de las leyes relativas al divorcio vigentes en aquella época, que son las que provocan casi toda la tragedia de Machiko). Pero es que, como digo, estos hiper-respetados críticos de renombre no parecen haber visto la película: si la veis, comprobaréis que el resumen de los popes (« después de la guerra, y después de mucho esperar y soñar, la joven, llamada Machiko, se casa. El matrimonio, sin embargo, no funciona, y decide divorciarse, momento en que descubre que está embarazada») es perfectamente desacertado e incorrecto, aunque quien lo ha redactado da muestras de haber oído campanas o de que le han contado (mal) la película
A mí lo que me interesa, la verdad, de esa reseña de Richie & Co. es la parte sociológica con las anécdotas sobre el merchandising «Machiko» y tal, pues pocas veces disponemos de un retrato tan vivo del impacto social de una película (con su radiodrama previo), y eso, me resulta muy curioso e interesante
Más cosuelas... Una: se trata de una saga de tres películas, bien divididas como tales y estrenadas en fechas diferentes (15/9/53, 1/12/53 y 27/4/54 respectivamente). Cuando se me ocurre la descabellada idea de traducir los subs, no sé cómo lo haría; sumados los tres, deben dar unas 4500 o 5000 líneas. El considerarla una única película (y subir un paquete único de subs) dogamos que complica un poquito la perspectiva... Uf. Hace falta valor... ven a la escuela de calor
Y otra. El reparto. Keiko Kishi y Keiji Sada, es verdad. Pero también Chikage Awashima tiene un gran papel, y los poco conocidos Yuji Kawakita y Haruyo Ichikawa deberían ser principales, pues hacen del marido y la suegra. Anda por ahí el señor
Chishu Ryu, de hecho sale en las tres en un simpático papel secundario, protegiendo por ejemplo a Toshiko Kobayashi (la inolvidable compañera de stripteases y aventuras de Hideko "Carmen" Takamine). Mie Kitahara aparece (y desaparece) en la parte 2, haciendo de agitanada y más bien salvaje chica ainu: como siempre, en papel de femme fatale, en esta ocasión en modalidad bruta y... cantando operísticamente, con el pretexto de que los ainu «cantamos muy bien»
(momento chorras de la peli
). Y en la parte 3 irrumpe el guapetón Tatsuya Mihashi haciendo de médico. Él y Mie repetirían juntos en
The Balloon.
En fin; la peli-saga es un melodramonazo (doble superlativo) lacrimógeno como les gusta(ba) a los japoneses; se comprende, pues, su impacto. Para mí, el estirar tanto la trama es un lastre claro; no obstante, está muy bien hecha, muy bien interpretada y mantiene el interés mientras uno la está viendo. (
Es decir, el problema de la duración viene sobre todo cuando uno termina y reflexiona: ¿seis horas y pico para esta historia? ) Yo le daría un «ver», pero considerando su importancia histórica, y dada su calidad, supongo que debería ser «imprescindible».