Una estupenda película, totalmente recomendable, sobre cómo enfrentarse a los demonios de nuestro pasado y sobre la necesidad de separar actos y personas, moralidad y trabajo. El tema es duro (la pena de muerte) pero está tratado de forma delicada si bien dura y directa, sin contemplaciones pero sin truculencias. Me ha gustado mucho más de lo que esperaba, principalmebte por los personajes que presenta, complejos y llenos de recovecos, por las fantásticas interpretaciones y por la cinematografía.
Segunda película que veo de este director, y segundo imprescindible para mí, en este caso incluso superando al anterior. Todo un descubrimiento que merece ser visto.