Cuánto tiempo sin poner un categoría III. Esas buenas cosas que se olvidan. El caso es que están saliendo algunas películas que estaban en copias terribles porque se están emitiendo por televisión. Eso al menos consigue una cosa, y es que estén en un formato correcto (es un decir... los emiten mal y luego se corrigen, mágicamente... ejem... pero al menos no están cropeadas). El audio es dual, cuidado. Como los VCD's. Es decir, hay que balancear las pistas, para pasar del cantonés al mandarín. En caso contrario, se oyen los dos a la vez.
Bueno, la película. Os traduzco del Category III, del francés Julien Sévéon, que yo no la he visto.
Argumento: "Cuando el oficial de policía Cheung Chan y su futura mujer Yin deciden ir de viaje de novios a San Francisco, cometen sin saberlo el mayor error de su vida. Una noche, Chan sale con los amigos para ir a algunos stripteases, se emborracha y dos gangsters chinos le roban las llaves. A continuación, los dos mafiosos se meten en la habitación del hotel y secuestran a Yin, con el fin de obligarla a rodar en películas porno. Chan, ayudado por una muchacha que ha pasado por lo mismo, parte a la búsqueda de su mujer por los ambientes turbios de San Francisco."
El comentario de Julien Sévéon: "Gates of hell recuerda fuertemente el film antiporno de Paul Schrader, Hardcore, pero en una versión más erótica y de explotación. La manera en la que Otto Chan describe la industria pornográfica es más bien risible y nos devuelve veinte años atrás, durante la histeria antiporno de los años setenta, cuando el FBI intentaba poner fin a ese pequeño mundo lanzando leyendas como la de las snuff movies. Cierto, uno puede aceptar la idea que, incluso hoy, la mafia controla la industria del porno, pero el hecho de que las mujeres sean secuestradas para rodar en películas X es un poco difícil de tragar. Esto da, en todo caso, la oportunidad a Chan para filmar el interior de un sex-shop como si se tratara de la séptima maravilla del mundo. Otto Chan nos sirve su rutina explotativa y, entre dos clichés turísticos de San Francisco (¡oh, el bonito puente!, ¡oh, el barrio caliente!), nos ofrece una buena dosis de sexo y un poco de acción (¡hay acreditados tres coreógrafos!). Un cóctel eficaz."