jidaigekipedia.comEl Dios de la guerraAbare Goemon (Goemon el Salvaje) nos cuenta la historia de un hombre de acción que lideró a los campesinos de Shinobu, uno de los siete clanes de Kaga, en una revuelta contra el poder creciente de los samuráis. Su odio hacia ellos es irracional, y no permite que riquezas, paz, o mujeres, le distraigan de su misión: librar al mundo de la escoria humana.
Poco antes de terminar su carrera cinematográfica, Hiroshi Inagaki sorprendentemente abandona el cine a color para volver a narrar aventuras en tiempo de los señores de la guerra. Entre el blanco y negro, Makoto Sato, y la mezcla de géneros, durante diez o quince minutos de película se me ha ido el santo al cielo y estaba convencido de que la dirección era de Kihachi Okamoto.
De Toshiro Mifune se cuenta que consiguió su primer papel después de dejar atónitos a unos cazatalentos con un festival de furiosos gritos, golpes y miradas asesinas. En la piel de Goemon estoy seguro de que revivió aquella escena, y que disfrutó como un niño al disponer de 90 minutos en los que desatar su furia y su energia. El personaje es un campesino que nació para ser guerrero. Lucha por la libertad de su gente, pero en el fondo le asquea la vida tranquila de trabajar el campo, llegando a definir la paz con desprecio como "enfurruñarse en casa, labrar la tierra, cuidar bueyes, hacer el amor, y tener bebés como conejos". Para él cualquier cosa es posible con coraje y resolución, y por eso cuando le dicen -"¡están atacando el fuerte y caerá muy pronto!", responde sorprendido - "¿¡Y por qué no rechazan el ataque!?".
El marco histórico de
Rise Against the Sword se sitúa a mediados del siglo XVI, la era de los Estados Guereros, donde comienzan a oírse por primera vez los nombres de los señores que se disputarían el dominio de Japón (Kenshin Uesugi, Nobunaga Oda, Shingen Takeda...). Concretando un poco más, seguramente nos encontremos poco antes de la Batalla de Kawanakajima, ya que de otra forma supongo que la habrían mencionado.
A la hora de hablar de personajes encontramos la problemática de que practicamente ninguno tiene un desarrollo importante, además de que Toshiro Mifune y su alter ego Goemon eclipsan a todos los demás. De cualquier forma destacaría a Makoto Sato (Yatota Goemon), Ryo Tamura (Masato Goemon), y Daisuke Kato (Haattori Mataemon).
La película es buena de principio a fin, pero más aún en los minutos finales. Me ha conquistado el espectacular despliegue de extras y caballería en formación. El único pero que se puede poner son las débiles coreografías cuerpo a cuerpo, poco realistas y teatrales. Por lo demás esto es un imprescindible como pocos jidai-geki; una delicia.