Casi conmemorando los diez años de esta película en el foro (¡diez años!), y cinco desde el último comentario, aquí llego yo, porque nunca es tarde. Creo que estamos muy condicionados por lo último de lo último de los más último, y bueno, hay películas que se quedaron ahí y tienen aún cosas que decir.
Canary puede ser una de ellas. Hay que decir que ha pasado una década de la película y dos décadas de los atentados con gas sarín en Tokyo a cargo de la secta esa (que por cierto, sigue operativa, pero con otros propósitos, dicen), pero el mundo puede que no haya avanzado tanto (la pregunta fundamental sería si el mundo avanza más allá de las apariencias y los deslumbramientos tecnológicos... si avanza moral o éticamente, por ejemplo).
Lo cierto es que como decía kairocure en su momento esta película juega a dos niveles, y aunque parezca un tanto peculiar (por su estructura) parece quedarse con el tema de la infancia y el abandono de los padres (y por tanto la necesidad de avanzar como bien puede uno mismo). Está la parte del viaje y la parte de la secta, pero es cierto que el viaje se impone (la parte de la secta está muy condicionada por el atentado) y que la secta queda como esa tabla de salvamento en una sociedad que ha renunciado a sostener a los más débiles, convirtiéndose en caldo de cultivo para vendedores de crecepelo.
En fin, una obra amarga, imperfecta, que se interroga, busca, algo encuentra y te deja un mal cuerpo y esa sensación de eterno fracaso.