Mientras la veía pensaba que hacía unos días había leído la siguiente frase, que forma parte de la crítica que Jacques Rivette escribió sobre Kapo (película de Gillo Pontecorvo sobre los campos de concentración)...
«Observen, en Kapo, el plano en que Riva se suicida arrojándose sobre los alambres de púa electrificados: el hombre que en ese momento decide hacer un travelling hacia adelante para encuadrar el cadáver en contrapicado, teniendo el cuidado de inscribir exactamente la mano levantada en un ángulo del encuadre final, ese hombre merece el más profundo desprecio».
Y realmente, no tengo nada más que añadir, sólo que puestos a ver algo, ver Devils in the doorstep. No será tan bella, pero si mucho más justa.