Casualmente un año después de Rocky (John G. Avildsen, 1976), Terayama dirigió este claro homenaje al boxeo japonés.
El argumento gira en torno a un boxeador retirado dado a la bebida y su posterior intento de reconducir su vida como entrenador. La película se podría dividir claramente en dos partes, una primera en la que el boxeo casi no hace acto de presencia, donde se desarrollan los personajes y se ahonda en la vida de cada uno de ellos, y una segunda y última parte que se centra casi exclusivamente en el boxeo, primero en el entrenamiento y finalmente en la gran pelea final. Para darle un mayor sentido de la realidad, Terayama contó con numerosas figuras reales del boxeo japonés, aprovechando también para incluir imágenes de archivo reales de varios campeonatos nacionales. Si os gusta el director, los actores, y sobre todo el mundo del boxeo, quizás os llene esta imitación de Rocky a la japonesa.
Sinopsis:
Hayato fue un gran boxeador que actualmente vive desdichado apagando sus penas con alcohol. Un día se presenta en su casa Tenma solicitándole ayuda para entrenarlo y así poder llegar a ser una gran figura del boxeo. Aunque inicialmente Hayato no tiene intención alguna de entrenar al que fue el asesino de su hermano, una vez que averigua que este murió en un accidente fortuito, se decide a comenzar el entrenamiento.