He de confesar que unos cientos de películas hongkonesas después, aún no había visto Sex and zen. Realmente pensaba que no había mucho que ver (más allá de lo que obviamente muestran sus actrices, que es mucho...), pero era un error. Para empezar, Sex and zen después de todo es una comedia, una comedia que recuerda a clásicos de nuestra literatura como el Decamerón (y sus adaptaciones fílmicas), etc. etc., y es una película en la que hay un trabajo impresionante detrás. Pero repasemos un poco la película siguiendo una entrevista con Marco Mak que incluía la edición en DVD...
Para empezar, tras la producción tenemos a Johnny Mak (es decir, el director de Long arm of the law), que por aquella época andaba empeñado en realizar superproducciones poco rácanas en dinero con vistas también al mercado chino. Aliado en este caso a la Golden Harvest, su hermano se ocupó de la dirección (sin ninguna experiencia en esto del cine erótico). El caso es que se empapó de cine japonés (sí, japonés) y se pusieron a pensar como transmitir todo el erotismo de la obra original (un clásico de la literatura erótica) a la pantalla. Y lo que parece sencillo, ellos realmente lo hicieron algo más complicado: desde meter un sistema de calefacción tremendo en estudio para mantener la temperatura y que los actores se sintieran cómodos desnudos hasta los gemidos, que fueron doblados en Japón por los mayores expertos en la materia. La película con costó un dineral que recuperaron sobradamente, porque barrió en taquilla, conviertiéndose en lo que es, un clásico del género.
Todo en ella está cuidado. Desde la fotografía hasta la escenografía, pasando por los actores. La elección de Lawrence Ng para ofrecer un aspecto débil en el protagonista, el tremendo y desmesurado Elvis Tsui, el gran Kent Cheng (memorable su aparición como "médico especialista en transplantar partes íntimas de animales a los humanos"), y claro, las actrices, entre ellas la exhuberante Amy Yip, que como Chingmy Yau, tuvo el mérito de ser un mito erótico sin haber enseñado nunca nada... excepto en esta película (quizás), puesto que su mayor publicidad fue la Yip diciendo que las triadas la habían obligado a salir desnuda y mostrar más de lo habitual... cosa que nos podemos creer o no (de la entrevista con Marco Mak, comentando que no sabía nadar, se desprende que igual es cierto que es ella), puesto que en ningún momento "clave" llegamos a ver la cabeza y el cuerpo juntos. A ello le sumamos apariciones estelares como Lo Lieh o Carrie Ng, y ya tenemos un buen puñado de elementos para todos los públicos.
Sólo por dos escenas memorables vale la pena: la escena del transplante, donde Kent Cheng está magnífico en ese humor chorra que se gastan, y la inolvidable escena acuática entre Elvis Tsui y Amy Yip. En fín, toneladas de desparpajo en una producción cien por cien hongkonesa, con lo que quiere decir esto...