A ver, la idea parecía ser buena... Con la excusa de una epidemia de viruela roja, Japón queda descompensado entre hombres y mujeres ya que la epidemia mata a una gran cantidad de hombres, por lo que las mujeres son las que llevan el peso de la sociedad al cuadruplicarles en cantidad. Así tenemos a la Shogun, las consejeras, las porteadoras, vendedoras... en fin, que en la película se invierte el rol de ambos géneros.
En principio parecía una buen idea, pero cuanto más avanza la película más cosas raras empiezan a meter, hasta puntos que rozan el ridículo.
Que se inviertan los papeles no creo que sea excusa para que a pesar de ser las mujeres quienes tienen los papeles de poder, los hombres acaben todos rozando la homosexualidad. Los componentes del harem de la Shogun parecen ser en un 90% gays, cosa que no tiene mucho sentido precisamente por la función del harem.
La aparición de los ¿Geishos?, los "damos" de compañía, los prostitutos, etc, maquillados y vestidos vergonzantemente me hacen pensar que se les ha ido la cabeza al o a los guionistas en algún momento.
Si no fuera porque el último cuarto de hora me ha gustado, estaría ahora tirándome de los pelos por haberla visto.
De todas formas no es una película que recomiende con todas las cosas buenas que hay por ahí. Aunque me ha gustado la parte final, el conjunto no me ha gustado.