Hoy estaba re-pensando un poco la película de Kirostami, y me he dado cuenta de que ofrece una lectura muy interesante en la que no había reparado en un principio.
"Shirin" es una narracion o poema clásico persa, y como os habréis dado cuenta, hay una gran carga de ¿ingenuidad?, de pureza sentimental, que en el mundo moderno apenas tiene encaje estético. Es muy difícil, casi imposible, poder visualizar una historia así en pleno siglo XXI sin caer en la impostura y/o el ridículo. Kiarostami, entonces, utiliza un espejo para hacérnosla llegar. Y realmente lo consigue.
Precisamente por esto resulta tan molesta la presencia de Binoche. ¿Cómo aceptar el rostro de emoción ante esa historia de quien sabemos protagonista de -por ejemplo- "Código desconocido"?