Era la única peli de Zhang Yimou que me faltaba por ver y la verdad es que ha sido una experiencia llena de emoción y sentimiento. Una peli que creo que tardaré muchísimo tiempo en olvidar. Como siempre en Zhang Yimou, una soberbia fotografía, acompañada de una banda sonora emotiva, que nos ayuda a llorar de placer mientras degustamos tan enternecedora y romántica historia. Voto "obra maestra": no podía ser de otra manera.
Saludos