jidaigekipedia.comNº1 en servicio de mensajeríaSinopsis: dos grupos de mensajeros compiten por el trabajo y el control de un relevo. El primero está dirigido por Ochise, una viuda ciega descendiente de samuráis con un triste pasado; el otro cuenta con el patrocinio del Shogun y está dirigido por Nizaemon, un hombre malvado y ambicioso que no se detiene ante nada. Tras una serie de asesinatos, la llegada de Kiba Okaminosuke y de un envío de 3.000 ryo desencadena por fin el enfrentamiento directo.
La primera entrega de
Samurai Wolf cuenta otra aventura más de un ronin errante que se ve involucrado por pura casualidad en una guerra de bandas, obligándose a tomar parte en el conflicto arrastrado por sus sentimientos. Es un esquema que hemos visto montones de veces en el chambara de los 60 y principios de los 70, aunque el director lo adorna con un excelente trabajo de cámaras y alguna que otra sorpresa inesperada. Aquí se rompe con la costumbre de presentar al enemigo final desde el mismo inicio, dando salida a los "malos" de manera escalonada hasta llegar al más duro.
Gran parte del metraje se dedica a escenas de acción, por lo que tenemos una variada muestra de estilos y tomas. Algunos de los combates se desarrollan a cámara lenta, superando con éxito la dura prueba que supone exponer con detalle los tiempos y los movimientos de cada coreografía. El primer enfrentamiento entre Kiba y su habilidoso némesis es un deleite visual en toda regla, y nos deja un intercambio de golpes magnífico mientras suena una excelente música de koto.
En el terreno de las interpretaciones me voy a quedar sólo con el protagonista (Isao Natsuyagi), que parece ser el único al que el guión otorga la posibilidad de lucirse un poco. Los demás tienen roles cortos y sencillos en la piel de personajes que tampoco llegan a desarrollarse más de lo necesario. De hecho diría que en
Samurai Wolf Gosha eclipsa desde la dirección al reparto que aparece en pantalla.
Resumiendo, encontramos aquí una historia típica que, de la mano de uno de los más grandes del cine japonés clásico, concentra en 70 minutos todo lo necesario para pasar una tarde entretenida y de buen chambara.