Que a estas alturas aún no hubiéramos podido disfrutar de este clásico del cine de artes marciales fusionado con la comedia, sólo puede querer decir que aún nos queda mucho por ver... Primeriza realización de nuestro pequeñajo favorito, Eric Tsang (sí... tiene una prolífica carrera como director...), la película se coge a un puñado de actores de la Shaw, que por aquellos tiempos no estaba para tonterías, y bajo la supervisión de Lo Wei (a saber en que consistiría...), nos encontramos con una película deliciosa de esas que te hacen disfrutar un buen rato con unas coreografías trabajadas, un David Chiang desatado y un Norman Chu tan inspirado como siempre.
Puro disfrute para los amantes de las películas de artes marciales de la vieja escuela, de la comedia o simplemente del cine hongkonés...