La película me ha dejado sensaciones contrapuestas. Por un lado tiene gags muy bien conseguidos, pero por otra me ha agotado enormemente tener que leer incansablemente durante todo el metraje. Prácticamente toda la película se centra en las exposiciones del personaje principal, y son muchas, quizás demasiadas, y citadas de manera muy rápida. Quizás ésta sea una de esas películas que sólo entienden los que viven en un determinado país, puesto que se comentan multitud de situaciones, eventos y circunstancias nacionales pasadas que un espectador de otro país seguramente desconozca. El lado bueno de la película, aparte de los diferentes y conseguidos gags, es la brillante actuación de Keiju Kobayashi. Le doy un ver.