La película la verdad es que se me ha hecho pesada en varios puntos. Frente a lo que cuenta, incluso frente a los recursos que usa para contarla, hay poco que reprochar, así en frío, pero puestos en escena en algunos momentos se me hizo tediosa. Quizás es un problema de que la historia no va más allá. Para mi eso es sintomático en la escena de los niños, que creo que es donde la película se engancha definitivamente: me parece muy original utilizar a los niños para trasladar la sociedad que impusieron los talibanes, todas sus frases, toda su basura, pero la alarga la alarga y la vuelve a alargar, convirtiéndose en algo un poco cansino. Y eso le ocurre alguna que otra vez, con lo cual se echa en falta un cierto rigor en el montaje o bien unas tijeras en el guión. Una película emotiva, para mi, a la que le hubiera venido bien un cierto sentido de la justeza fílmica.