Sinopsis Un drama romántico que muestra la vida de dos generaciones de una familia que dirige una floristería en Tokio.
Ya por fin he visto esta película. Esa sinopsis está muy pobre, y se centra en un aspecto accesorio (la relación entre el personaje de Yoshiko Kuga y su abuela). Pero sí, lo del paso del tiempo, las edades de la vida y tal, tiene un peso fundamental en la película. En realidad, ésta gira en torno a la relación entre tres amigos de infancia que se han hecho mayores y cuyas vidas tienden a separarlos cada vez más. Imanishi (Isao Kimura) ha estudiado medicina pero su generosidad con los pacientes pobres no para de crearle complicaciones en los hospitales donde trabaja; Hakamada (Junkichi Orimoto) se esfuerza por mantener a su familia como currante en una fábrica donde cobra una miseria y un capataz (Fujio Suga) le hace la vida imposible; Nakao (Keiji Sada) se dedica a la mala vida en un club donde ejerce como baterista mediocre. Los tres se esfuerzan en tirar adelante a la vez que, unos más que otros, tratan de mantener vivo el lazo de amistad que los unía, pero los malentendidos son muchos. Alrededor de esta historia central se tejen las de sus respectivos amores, y ahí es donde entra la florista con su ligona abuelita. La historia que se crea entre ésta y un igualmente anciano admirador (Eitaro Ozawa) que una vez la atropelló con su coche es una de las subtramas más llamativas de la película, que tiene unas cuantas.
Me sorprendió por una vez ver a Eitaro Ozawa haciendo un papel de bueno. Hasta ahora siempre lo había visto (y lo he visto en muuuchas pelis) haciendo desde cabroncete hasta ultraHdP, pero siempre en el lado oscuro de la fuerza
Y es también la película más antigua que conozco (quizás me he perdido alguna otra) en la que Isao Kimura, el samurái jovenzuelo de los famosos Siete, y el desquiciado «perro descarriado» robapistolas de
Nora inu, tiene por una vez un papel principal, en el que cumple a la perfección.
Creo recordar que cuando hace unos meses comentaba el Kobayashi anterior (Kono hiroi sora no dokoka ni / Somewhere beneath the wide sky, 1954) mencionaba todavía su clara dependencia de su inicial tutor, Keisuke Kinoshita. Con esta película, aunque algo queda, tuve mucho menos esa sensación. Y eso, supongo, es buen signo, y una promesa de lo que vendría
Por lo demás, la temática de la película no es particularmente novedosa, y tampoco la contaría entre las obras maestras del director, pero está ejecutada de excelente manera, es agradable, interesante y con un ritmo correctísimo
P.S. Ah, la banda sonora corre a cargo del gran Tadashi aka Chuji Kinoshita, el hermano de Keisuke. Mucho jazz (anticuadete: swing al estilo de antes de la guerra...) y mucho
mambo moderno. Se ve que el «Prez» Prado hacía estragos en japolandia. En Estados Unidos para 1954-1955 el estilo que lo estaba haciendo era una cosa llamada rock'n'roll, pero mucho me parece que el mundo del cine japonés todavía iba a tardar algún año más en hacerse eco de esa nueva locura musical