Otra más que vuelvo a ver.
Evidentemente a Ozu le interesaba la dimensión lúdica de la realidad.
Siempre hay juegos y contraseñas.
Y siempre la condición infantil del ser humano o del adulto ¿no hay algo infantil en ese "samurai" de The Lady and the Beard?
Sigo pensando que expone muy bien cómo se moldea la consciencia a partir de la posición (da igual lo que haya querido hacer Ozu con eso)
Hay un cuestionamiento, pero luego se repone el orden.