Interesante película, pequeña e interesante.
Hay sí, un fuerte vínculo con el cine de Tsai Ming-liang. Y en algo en particular, que va a sonar medio rimbombante quizá, pero bueno. Me refiero a la manera en que los cuerpos se rebelan contra lo que los oprime, esto es una constante en el cine de TML, y aquí aparece claramente. Dicho de otra manera, son personajes que se revelan ante un medio que de alguna manera los oprime, se trata de un cine vital, de movimiento. Y en esta película del tal Poon Chi-yuen, es más bien gráfico y menos sutil que en el caso de TML.
La actuación de Lee Kang-sheng, me hizo recordar una anécdota que contaba él o TML, o ambos, ya no sé,
en la que contaban que TML le pedía por ejemplo, que hablara normal y "no tan lento", y LKS, le decía que esa forma de hablar "lenta" era natural en él.
Bueno, este detalle marcó el cine del director, y aquí verlo hablar y champurrear el japonés a la escasa velocidad que lo hace, me trajo, como dije, esa anécdota a la memoria.
LKS, interpreta un personaje al que parece que cada palabra le brota como una herida, para saber por qué hay que ver la película.
Es verdad lo que señala sesilu, la narración es un poco abrupta, y sí, parece algo buscado, es tan tajante que hace pensar que es algo buscado.
Se podría decir que va al grano
creo que le suma a la película. Es de agradecer en estos tiempos, la economía narrativa.
En fin, un buen descubrimiento de lo que va del año.