¡Hola, comunidad!
Tremenda película, inesperada, y más si guardas algún recuerdo del drama romántico de
Cumbres Borrascosas, porque Yoshida parece seguir más o menos la trama básica que conocemos, pero entrega una obra negra, de insondable violencia, de descomposición de la comunidad y de la persona (y si te descuidas un momento, del espectador). Una visita al infierno del amor obsesivo, insano. Violación, muerte, necrofilia. Celos, envidia, incesto, asesinato. Reconozco que no he leído el libro, la historia original, pero obviamente tiene que transcurrir en otro tono; desgarrado, sí, pero a mí de a ratos ésta me ha dado hasta miedo. Y lo digo en serio: hay pasajes que son de película de terror, y se benefician además de cierta cualidad onírica y simbolista en la representación de los hitos de la narración, de los hechos que hacen de motor de la historia. Vi algo de lo que comenta acbarra más arriba: en un primer tramo de la narración anduve un poco perdido, y creo que el halo de irrealidad que acompaña ciertos momentos ayudó a ello.
Las escenas carnales son... carnales, violentas, reales... no:
hiperreales. La constante premonición del horror en la que te acomoda Yoshida es tremenda: temes y deseas que pase lo que sabes que va a pasar, y cuando sucede, te estremece. Yusaku Matsuda (que murió de cáncer a los 40 años, diez después de este trabajo, y que para los curiosos es uno de los malos en
Black Rain, de Ridley Scott ) está inolvidable. Es el puto caos entrando por la puerta, abyecto, feral. Es el monstruo que te devora, que devora a la comunidad entera mientras estás paralizado por el miedo, mirando cómo se te come. (Para cuando acaba, se los ha comido a todos.)
Y visualmente, estilísticamente, es otra cumbre. Los exteriores de lo que parece una montaña de lava, desolada, donde se asientan las dos mansiones, tienen esa textura onírica que os comentaba, de espejismo; mientras que los interiores son de una luz depuradísima, de una composición mínima, más allá de lo austero.
Quedé en estado de shock un buen rato después de verla. Sobrecogido. Acojonado.