Esta película es lo que se diría un híbrido entre documental y ficción.
El argumento, los diálogos digamos son parte de una ficción pero las labores que aparecen son reales. Así nos dice un cartel al principio.
El tema es que vemos como trabajan armando juguetes con por ejemplo rollos de película (con películas de Bollywood, según dice alguna sinopsis, yo no reconocí ninguna, pero es que tampoco conozco ninguna)
Los protagonistas son los propios fabricantes de estos juguetes que son a la vez los habitantes de esa aldea.
La forma en que la directora trabaja la imagen (muchos juegos de luz y otros juegos también) y la manera en que el sonido hila el relato (en una suerte de fundido encadenado auditivo, si se me permite) sumada a la aparente falta de hilo argumental, hacen de esta película algo más que una curiosidad o un experimento. Este es un viaje sensorial de los buenos.
En fin.
Dicho así, suena a poco, la verdad. Y seguramente con mis palabras me esté llevando por delante algo importante. Pero no exagero al decir que es de lo mejor que vi en lo que va del año (y si me apuran de lo mejor que vi entre el año pasado y este)
En términos de encuesta diría que es un imprescindible.
En todo caso, hagan caso omiso a mis palabras pero no la dejen pasar.
