Pues ya vi la peli rusa de Kurosawa, que ya iba siendo hora. Por cierto, ¿no debería ir la ficha en asiáticos en otras filmografías?
Y la verdad es que la película, a pesar la belleza de las imágenes, reales, con lo que conllevó la dificultad del rodaje, no deja de conmoverme bastante menos que la historia que cuenta en sí. La de una amistad asimétrica pero real,
de respeto mutuo, en la que uno es vital para poder llevar a cabo sus proyectos, de enseñarle a adaptarse a su medio; y el otro no puede corresponder en igual proporción por más que lo intente, en sucesivos momentos, con la frustración que le supone, todo ello certificado en su amargo e inevitable final. Magnífica.