¡Allzinenses confinados unidos!
(últimamente estoy comentando las películas que no voy a subtitular...)
A falta de mejor información, éste es el primer largo de John Torres. Y es fascinante. Tiene mucho de "primera obra": es de a ratos algo así como un manifiesto creativo, identitario, vital. Parece sentar las bases de cómo el artista (John Torres) se va a relacionar con el arte (el cine) en adelante. Es en cierto sentido "fundacional". Y a la postre sí: en sus obras posteriores uno ve el mismo tipo de compromiso con el hecho creativo, con la poesía. Aquí Torres es exuberante: utiliza muchos tipos de metraje, muchas voces, muchos planos narrativos. Hay una evidente naturaleza de impulsos, de inspiraciones, de arrebatos, de experimentos. Hay una transposición de sentimientos que van del terrorismo al arte al amor a la identidad a la destrucción a la poesía al compromiso a la necesidad —a las necesidades— a la historia y al futuro. Y hay un trabajo muy serio y muy logrado para que todo eso de alguna manera encaje natural y coherentemente. Un trabajo que seguramente sea posterior a muchas partes de un rodaje fraccionado, a veces con apariencia de aleatorio.
¿Qué te pide a cambio de darte tanto? Que te dejes llevar un poco por emociones insinuadas, por evocaciones sugeridas, por sensaciones no del todo definidas, por algunas improbables líneas narrativas y por otras mucho más prosaicas. Y que no reclames demasiadas certezas desde tu posición de espectador.
Una obra así, siempre apasionante, suele ser inevitablemente irregular. Pero Torres es muy buen poeta y la obra final es siempre contundente y de a tramos abrumadora. Tiene inspiraciones muy, muy destacadas, y además contrapone muy bien elementos dispares: el metraje en Berlín, el metraje en bares filipinos de mala muerte, los avisos reales de las diferentes embajadas en Filipinas con las precauciones a tener en cuenta por los turistas, el presente político de su país, el terrorismo... y un regalo impagable: Kahvn de la Cruz y Lav Diaz charlando en un coche sobre las crónicas de Antonio Pigaffeta narrando su llegada a Filipinas en la expedición de Magallanes (que no salió vivo del archipiélago).
No todos los diálogos en tagalo tienen subs en inglés; algunos diálogos en inglés sí los tienen, pero otros no; y no he terminado de entender completamente alguna parte hablada en inglés, aunque sí en su contexto. Eso es lo que hay, y con todo, para quien pueda, me parece una experiencia artística obligada. No es, parafrasenado las encuestas, "de visionado obligado", sino de experiencia obligada.
