En algún punto entre el pensamiento y la expresión acecha un monstruo. En algún lugar entre el deseo y el placer, en algún momento entre la adolescencia y la edad adulta, en algún vacío sin sentido entre la identidad y el ser, acecha el enemigo.
La guerrilla de Masao Adachi cae en la emboscada que la vida nos tiende a todos.
En algún lugar entre el sexo y la procreación espera el enemigo. En algún sitio entre la pertenencia y el grupo, la soledad yace incomprendida. Mi compañera es tan hermosa que ni siquiera tiene cuerpo, y así, desnuda de ella misma, me acompaña en esta misión suicida. Armados con nuestra pubertad, luchamos en esta guerra final que no conocerá otra victoria que nuestra propia muerte.
Una rabiosa alegoría de cómo Japón, desde lo que parecía ser una bella juventud, creció hasta convertirse en un alienado adulto.