Gracias a Battosai.
En este film mezclan tanto las artes marciales junto con el tema religioso budista. Bastantes buenas peleas, y la eterna lucha interna entre el bien y el mal, representada por el militar arrepentido que ingresa en el templo de Shaolin, que aquí narra su esplendor y destrucción. Una banda sonora realmente brillante, y como curiosidad un pequeño papel para Jackie Chang, que a medida que se acerca el final cobra más protagonismo.