La idea podría ser interesante pero no está bien llevada, resulta repetitiva y acaba sin pena ni gloria. Y que la prota sea una seta tampoco ayuda.
Lo mejor es que los 13 sitios fantasmales que se visitan durante la peli existen de verdad, incluso alguno se puede visitar, como el santuario de Mae Nak. Por lo menos se han currado lo de usar leyendas verdaderas.