Jo, mientras veía la película pensaba que le iba a hacer una crítica cojonuda, llamaría al director alumno aventajado de Pang Ho-Cheung y comentaría como el cine hongkonés siempre me sirve de tabla de salvación en mis peores épocas cinéfilas pero no, definitivamente no, paso.
La primera hora me encantó, humor negrísimo y absurdo (ahí la relación con Pang además también de cierta estética), Suet Lam desatao y de ritmo alto. La media hora final en cambio es un despropósito, una verdadera infamia y el final como para tirar tomates a la pantalla.
Se bien que los cambios radicales de género dentro de una misma película no es algo precisamente anormal en el cine cantonés, pero en este caso me pareció una verdadera cagada.